A
Felipe.
Hola
hijo querido, somos mami y papi, es decir los de siempre.
Los que siempre hemos estado y estaremos junto a ti.
Hoy es un día muy especial,
porque te han invitado a reflexionar, es decir a pensar, y cuando uno piensa,
lo hace sobre lo bueno, lo regular y lo malo. El pasado, el presente y el futuro. Se recuerda con
cariño, se recuerda con amor, a veces con tristeza, y a veces hay una
ensoñación.
Cuando
a nosotros se nos pregunta por Felipe, el corazón se nos agranda, se
nos llena de alegría, y nos dedicamos a hablar del gran hijo que tenemos, de lo juicioso
que es, de las gratas noticias que nos llegan del colegio, gracias a que es buen estudiante.
Es
emocionante conversar contigo y saber que jugaste con tus
amigos del colegio, que estás viviendo
cada uno de tus días escolares con
alegría. Es emocionante recogerte los sábados y saber que disfrutaste tu
clase de futbol, que hiciste pases para goles, y a veces hasta hiciste goles.
Que aprendes las notas
musicales, que tienes aptitudes
musicales, que recuerdas las obras musicales que te aprendes, y que fuiste el primero en música en sacar 100 este
año. ¡Qué alegría Feli! Qué bueno que te gusta la música, arte al cual nosotros
los Bernal le debemos tanto, tanto, tanto…
El sábado pasado fue espectacular ver como la coordinación
de tu cuerpo, y la capacidad rítmica que tienes, te permitió bailar como tú
bailas. La presentación fue magnífica.
¡Vas muy bien en Hip hop!
Bueno, hay cosillas que ya
no son tan buenas, a veces tu terquedad
hace que todos en casa nos ofusquemos, uno no puede estar diciendo a toda hora:
“ya voy”, y no va. Uno tiene que ir.
Y a uno no lo van a esperar toda la vida,
Uno tiene que estar en el lugar indicado en el momento que lo necesitan, y no
cuando uno decide, porque a veces la decisión de uno va en contravía de los que
la sociedad requiere, y si uno no se monta rápido en el tren de la vida, ese
tren lo deja, y uno entonces, ¿para dónde se va? El tren de la vida no se detiene, disminuye la velocidad para que los
que estén listos se suban y sigan. Los tercos a veces no se suben en ese tren.
Feli, ¿por qué siendo tan
buen estudiante y tan concentrado para armar legos, no lo eres para hacer las
tareas que no sean de matemáticas? A
veces tu falta de concentración nos alarga las actividades, y nos coge el
tiempo haciendo tareas que sí estuvieras concentrado, las terminarías bien y en
menos tiempo.
Y como siempre hay un pero,
el pero contigo Feli, es la comida. ¿Cómo
vamos a hacer para que comas adecuadamente? Feli, ya sabes que si uno no
come bien no crece. ¡Hay que comer adecuadamente!
Como papás es grato para
nosotros mirar para atrás en el
tiempo y saber que cada uno de los minutos que hemos vivido, desde que llegaste
a nuestra vida, a sido magnifico. ¡Eres
el mejor hijo que hay! Nos alegras
la vida, y nos invitas a vivirla con emoción. Dentro del pasado ya está el
paseo a los parques en Estados Unidos, un paseo que nos merecíamos como
familia, y en el cual disfrutamos cada momento. Recuerdas como brincabas de emoción
cuando ibas a entras a Legoland, y recuerdas la alegría que nos dio a los tres,
que pudieras montar en el Roquet.
En
el presente como
familia trabajamos unidos, y luchamos conjuntamente por nuestro bienestar.
Nos es grato llegar a casa u compartir nuestras vivencias, sabernos amados y amorosos los unos con otros. Saber que todos los
días nos acostamos contentos, y al otro día nos levantamos alegres a enfrentar
nuestro quehacer diario.
El
futuro lo vemos con esperanza, con fe infinita en que nuestra labor
diaria ha estado dando frutos y nos dará otros
más dulces. Somos una familia convencida de que el trabajo en equipo mejora los resultados, y nos permite aspirar a
logros mayores, tanto espirituales como materiales. Deseamos que sigas siendo
un hijo juicioso, educado, simpático, ágil, diligente, y sobre todo, un hijo tan amoroso como eres con nosotros,
tus papás que te amamos con todo el corazón.
Hoy
hijo querido es un día para darle gracias a Dios por
permitirnos vivir con alegría cada momento en familia, hasta los de las tareas
que no son de matemáticas, y los de las comidas. Recordamos en todo momento tus sonrisas llenas de amor, tu manera
de bailar, y tu timidez que quieres superar, y ser más abierto a los demás.
Es el momento de darle
gracias a Dios por los seres queridos. Por los momentos agradables que hemos
pasado juntos. Somos una familia a
la que Dios le dio cinco talentos y estamos
trabajando unidos, para que cuando Él nos los reclame le podamos entregar
diez o un poquito más.
Bueno Feli, hijo querido, disfruta tu día de reflexión, comparte con
todos tus amigos, lucha porque el niño de hoy y el futuro hombre del mañana,
cada día sean mejores. ¡Ah!, y cómete toda la comida.
Con
nuestro amor, para nuestro hijo: mami y papi
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