VOCACIÓN
* Dedicado a “Soñita” **
…Y al aceptar su vocación, perdió el derecho a
descansar; así llegase a estar enferma.
Entre las múltiples obligaciones que adquirió estaba
la de levantarse cada vez que la llamaran y no dormirse hasta que el último
hubiera llegado.
Así sufriera no tenía derecho a manifestárselo a nadie
en la casa, en especial a los niños, pero tenía la obligación de mitigar las
tristezas que los demás le contaran.
Tuvo que adquirir la facultad de multiplicar el tiempo,
de ampliar los espacios, de hacer aparecer dinero de algunos escondites
inimaginables…
Y de siempre sonreír, siempre amar y siempre ser…
mamá.
Galdjú
Belrod
** Así le digo a mi mamá
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