MAESTRO
ALEJANDRO BERNAL
Nació
en la Ceja del Tambó5, el 13 de julio de 193425. Fue el
séptimo hijo del matrimonio del Maestro Samuel Bernal y María Cleofe González8.
Fue bautizado con el nombre de Alejandrino, y hasta la edad adulta se le
conoció entre su familia como Nino.
Su
contacto con la música fue desde su nacimiento, toda vez que su padre era el
organista titular de la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen13, y
su hermano Manuel José, mayor que él 10 años, era ya músico reemplazante de su
papá en algunos servicios religiosos, en los que interpretaba tanto el armonio,
como el órgano tubular. Ambos Maestros fueron sus primeros formadores
musicales.
Nino
en ocasiones les narraba a sus hijos las penurias familiares de sus primeros
años, debido a las dificultades económicas existentes en el hogar, a tal punto
que algún día dijo: “cuando éramos niños comíamos carne una vez cada semana,
cuando mi papá nos llamaba, cada día a un hijo diferente, y nos daba de la
carne que a él le servían”.
Dentro
de sus recuerdos musicales infantiles contaba con gran alegría acerca de las
novenas a la Virgen Inmaculada, y las de Navidad, que acompañaba en “Los
Anselmitos” (Vereda Las Lomitas de La ceja), en ocasiones con don Antonio
García interpretando la flauta y don Antonio Bedoya interpretando el violín9
–músicos que también hicieron lo propio durante muchas festividades religiosas,
acompañando en esa época a don Samuel Bernal y al joven Manuel José-.
Teniendo
12 años visitó con su padre al entonces corista de la iglesia Nuestra
Señora del Carmen79 de Abejorral, su hermano Manuel José. Allí
presenció un acto que por su hermosura e importancia familiar recordó durante
toda la vida: vio y escuchó a cinco bandas municipales interpretando al
unísono, durante una alborada, Amanecer, la obra insigne de quien para entonces
ya empezaba a ser reconocido como un músico importante en Antioquia: el
Maestro Samuel Bernal31.
También
recordaba que la primera vez que vino a Medellín, acompañó a su papá a comprar
papel pautado al almacén de Los Vieco, y allí conoció al Maestro Carlos Vieco74,
y también conoció un piano. Ante la curiosidad del menor –de 11 años- con el
instrumento, el Maestro Vieco le pidió que tocara alguna obra. Nino fue
aplaudido por el Maestro Vieco, al terminar de interpretar el pasillo Patasd´hilo75,104.
Nino
a los 14 años era un estudiante sobresaliente7 del Colegio de San
José de La Ceja, regentado por los Hermanos Cristianos26, donde en
1948 se encontraba repitiendo segundo de bachillerato, porque a pesar de
haberlo ganado con muy buenas calificaciones, no habiendo más años que cursar, su
padre había tomado la decisión de evitarle la vagancia enviándolo de nuevo a
este curso.
Contaba
que una mañana de domingo de marzo de 1948, mientras vendía el Obrero Católico27,
escondiéndolo debajo de la ruana, porque le avergonzaba que lo vieran las
muchachas realizando este oficio, lo observó Manuel J. desde el atrio de la
iglesia de La Ceja, y le preguntó, cuánto valía cada periódico, y qué año
estaba estudiando.
Cada
periódico costaba un centavo. Fue entonces cuando Manuel J. le dio el dinero, y
le ordenó que fuera a botarlos, y no le contara nada a su papá. Nino también le
contó que estaba repitiendo segundo de bachillerato, porque no había más años
que estudiar en La Ceja. Manuel J. le pidió que tuviera listo un ajuar para la
semana siguiente, que él se lo llevaría a estudiar al Colegio de San José en
Medellín. Esta anécdota fue el principio de una gran amistad que surgió entre
los dos hermanos y que perduró hasta el final de sus días.
Llegado
al Colegio de San José, tuvo Nino la oportunidad de demostrar el talento que
existía en sus manos, cuando, llamado por la sonoridad de un piano, observó
desde la puerta de un salón a un Hermano Cristiano francés, que sufría las
repeticiones de los errores de su alumno, y quien en medio del desespero
increpó al tímido estudiante cejeño cuestionándole qué hacía ahí parado. Nino
ante la incredulidad del profesor y del alumno respondió que él sabía tocar la
Marsellesa73.
El
Hermano Cristiano pasó del infierno al cielo, y Nino se convirtió en la figura
artística del Colegio de San José. Tanto así que de ahí en adelante fue su
músico de cabecera a nivel escolar. Esta
ventaja le permitió solicitar permisos que generalmente no se le daban a los
estudiantes internos, y que lo llevaron a conocer los más importantes artistas
mundiales que visitaban a Medellín31, y a vivir de la mano de su
hermano mayor los ensayos de los excelentes músicos que componían la orquesta
de la Voz de Antioquia, dirigida en ese entonces por el Maestro José María Tena39.
A la
muerte del Maestro Tena, el Maestro Manuel J. Bernal lo reemplazó como director
de la orquesta de la Voz de Antioquia31, lo cual le brindó a Nino la
oportunidad de alternar como pianista con figuras de renombre internacional que
visitaban la ciudad, hecho que lo animó a profundizar sus estudios
interpretativos del instrumento con la
pianista italiana Ana María Penella25.
En
el Medellín de la década de los 50 reemplazó a su hermano, el Maestro Manuel J.
Bernal, como organista de la iglesia El Calvario38, y tuvo las
primeras oportunidades de amenizar recepciones sociales en las cuales alternaba
con su ilustre mecenas10. Estudió durante dos años en la facultad de
ingeniería electrónica de la UPB25, pero en 1955 tomó la
determinación de dedicarse por completo a la música78.
En
una ocasión en que iba a interpretar una melodía en directo, en la Voz de
Antioquia, el maestro de ceremonias Rodrigo Correa Palacio76, le
preguntó el nombre del artista que debía anunciar, y Nino le respondió:
Alejandrino Bernal. Don Rodrigo fuera de micrófono le dijo que él no “anunciaba
un artista con un nombre tan feo”, y decidió anunciar por cuenta propia al
músico Alejandro Bernal, nombre artístico que de inmediato Nino adoptó.
Hasta
1963 el Maestro Alejandro Bernal se desempeñó como pianista auxiliar de la
orquesta de la Voz de Antioquia, corista de la Iglesia El Calvario, y organista
en diferentes centros culturales de Medellín, dentro de los que se destaca el
Bar Las Américas77, famoso tertuliadero de la ciudad de la eterna
primavera, donde departieron y vivieron gratos momentos musicales los
personajes más destacados de la sociedad, con música en vivo, interpretada en
el órgano por el Maestro Alejandro Bernal.
De
esa época y de la amistad con su coterráneo, el poeta Darío Ángel, surgieron
las creaciones musicales: Queja, Amparo y Al pie de tu reja102, cuya
letra es del poeta, y la música es de su autoría; y los pasillos instrumentales
Linda, y Agridulce, que son un catálogo de elegancia melódica, técnica
pianística y gusto armónico. Del mismo periodo es Flor cejeña, creación
literaria del cantante de Los Zorzales Óscar Osorio, y musicalización del
Maestro Alejandro Bernal15.
Es
durante ese lapso de tiempo que, en conjunción con las diferentes actividades
como músico en la ciudad de Medellín, integra la orquesta de Los Hermanos
Martelo71, donde interpretaba los teclados, en especial el piano, y
adquiere la destreza propia de los soneros que ejecutan los “tumbaos” armónicos
de los aires musicales tropicales.
Durante
toda su vida profesional hizo orgullosa alusión a su paso por esta agrupación
caribeña por dos motivos principales: ser de los pocos “cachacos” que
conformaban la orquesta; y tener la habilidad musical para haber hecho una
transición destacada entre su formación musical inicial en la cual había mucho
compás de tres por cuatro –valses clásicos, y bambucos colombianos- a los
compases binarios de las cumbias y los porros46.
En
1963 viajó a Nueva York donde estudió armonía, y aprendió la técnica con la
cual algunos organistas estadunidenses hacían “hablar” el órgano Hammond,
novedoso espectáculo interpretativo que al regresar a Colombia, le era
solicitado frecuentemente durante sus presentaciones, ya que era el único
músico que lo realiza en Antioquia. Durante su estadía en los Estados Unidos de
Norteamérica alternó como organista, en el restaurante español Puerta del Sol
de Manhattan, con el Maestro Aníbal Ángel82.
En
1964 regresó a Medellín, trayendo consigo un moderno órgano Hammond que le
permitió trabajar como artista independiente e incursionar profesionalmente
como organista, interpretando géneros tropicales, hecho que lo aproximó a las
casas disqueras, que buscaban artistas que interpretaran los aires musicales del
Caribe que estaban en furor en ese momento.
En
1965, tras la partida de su hermano el Maestro Manuel J. Bernal, a Bogotá, se
convierte en el director de la Orquesta de las Estrellas de RCN78, y
en el corista de la Iglesia Santa Teresita, y a su vez se cotizaba en el
mercado disquero nacional, con discos de larga duración como “Órgano y ritmo”
de Discos Fuentes84. Este éxito musical lo catapultó y le permitió
integrar el elenco artístico que amenizó el Reinado Nacional de la Belleza, en
Cartagena, alternado con los cantantes Jairo Villa, y Harold Orozco. En este
año contrajo matrimonio con la señorita María Sonia Rodríguez Molina. De su
unión nacieron: Guillermo Alejandro, Carlos Mauricio, David Fernando y Luz
María.
Coltejer,
una empresa textilera de renombre nacional, fundada en 190783, quiso
celebrar sus 60 años con un acto que fuera grandioso, y dejara grata recordación.
Por eso en 1967, el Maestro Alejandro Bernal fue contratado para dirigir el
concierto conmemorativo, en el cual se interpretaron hermosas piezas
colombianas, a las cuales el Maestro Bernal, por solicitud expresa de los
contratantes, les debió realizar arreglos semisinfónicos, que permitieron crear
un imaginario donde se podían escuchar obras consideradas joyas de la música
colombiana, con modificaciones que se ajustaban a las características de algunos
compositores clásicos, logrando con ello una mezcla que sin desvirtuar la
composición original dejara percibir cómo hubiera sido interpretada si la
hubieran creado músicos como Beethoven, Mozart, Schubert, Chopin, entre otros.
El resultado fue tan bueno que, al finalizar la presentación, el Maestro León
Cardona81, se le acercó al joven director de orquesta, y lo felicitó
por los extraordinarios arreglos, y la pulcra dirección orquestal.
A
principios de la década de los 70 es contactado para componer la música del himno
del Atlético Nacional. Hasta mediados de la década de los 70 fue artista de las
disqueras Codiscos y Sonolux, y laboró como artista independiente, amenizando
reuniones sociales en las cuales en ocasiones también tocaba a dúo con el
Maestro León Cardona, con el cual se presentaban en el Hotel Veracruz y en el
Club Unión81. Es en este periodo de su vida donde toma la
determinación de tramitar el cambio jurídico de nombre, y recibe documentos
legales que acreditan que su nombre es Alejandro Bernal González.
En
1978 se celebraron en Medellín los XIII Juegos Centroamericanos y del Caribe,
donde tuvo el honor de representar a los artistas antioqueños e interpretar el
órgano ante las delegaciones deportivas que desfilaron en el Estadio Atanasio
Girardot durante la imponente ceremonia inaugural.
Es
finalizando esta década cuando compone el pasillo Luz María, dedicado a su hija
menor, y aunque el pasillo es instrumental86, de esta obra en
especial, solía mencionar con frecuencia el Maestro a nivel familiar que la
segunda sección de la melodía87 lo podía convertir en un pasillo
vocal86 y su letra era según su cantar:
Mi linda niña Mi
linda niña
Luz María Luz
María
Luz María Luz
María
Chupa dedo Mi
linda niña
Luz María La luz
Chupa dedo de mi corazón
Con el advenimiento de la venta masiva
de órganos en Colombia, la casa fabricante estadunidense Órganos Thomas se
instaló en Medellín, y como valor agregado abrió una academia de órgano, contratando al
Maestro Alejandro Bernal como su director en la ciudad. Comienza con esta
actividad otra faceta muy importante de la vida musical del Maestro, quien
también llega a trabajar como profesor de música por varios años en el Colegio
Betlemitas85 de Medellín.
Después
de una fructífera labor como profesor en la Academia musical de Órganos Thomas,
durante la cual varios de sus alumnos salieron ganadores en los concursos que
se realizaban en la televisión –en Animalandia94-, toma la
determinación de continuar su labor docente en su propia academia musical,
llamándola Academia de órgano de Alejandro Bernal.
En
su academia el Maestro Alejandro, autónomo plenamente para desarrollar su
método de enseñanza, rompió el paradigma que habían tenido hasta ese momento
las instituciones de educación musical, bajo el cual sólo se le debía enseñar
música a quienes tuvieran aptitudes musicales, ignorando los deseos de los
estudiantes, y supeditándolos a la aprobación de un examen de clasificación
para poder determinar si eran elegibles o no para el aprendizaje.
Este
cambio de concepto, significo una apertura para que toda persona que quisiera
aprender a tocar un instrumento –en este caso los teclados- lo pudiera hacer, encontró
eco en la República de Colombia, que tomo la tesis como ejemplo y la amplificó
a nivel nacional, representando ésta una idea formativa novedosa que le mereció
en 1982 el reconocimiento del Ministerio de Educación Nacional y la
condecoración Francisco de Paula Santander, “como homenaje a los servidores más
eminentes de la cultura nacional” 88.
Conjuntamente con su
trabajo educativo, el Maestro Alejandro en 1983 realizó una presentación
apoteósica en el Teatro Juan de Dios Aránzazu, de la Ceja del Tambo, donde en compañía
de sus hermanos, los Maestros Manuel J., Suso, y Alberto, -Bernal González-
deleitó a los asistentes, durante dos horas que fueron ínfimas ante la emoción
del público, que alborozado pedía que continuaran tocando30.
Con el paso de los años, y las severas
dificultades de salud que padeció, producto del asma alérgica, y la diabetes,
fue disminuyendo sus apariciones públicas, dedicándose casi por completo a la
enseñanza de la interpretación de los teclados y a la grabación casera de la música
que alguna vez compuso y/o interpretó.
El
26 de agosto de 1992 la Secretaría de Educación y Cultura del Departamento de
Antioquia le informó que su obra “Linda” ha sido “ganadora” del primer premio
en el II Concurso de composición “Carlos Vieco Ortiz. El jurado opina de su
obra: Pasillo de corte moderno en la primera parte, con buena estructura
armónica. La segunda parte y la tercera son un poco más comunes, pero sin caer
en la monotonía; la escritura es perfecta y está de acuerdo con la grabación89.
En
el año 2005 toma la determinación de no trabajar más en la música, debido a sus
severos quebrantos de salud; es en ese momento cuando su amigo el tenor Víctor
Hugo Ayala93 le pide el favor de que le grabe las pistas de las
obras que ha cantado con maestría en tantos rincones del mundo y que con tanto
acierto interpretativo le acompañaba el Maestro Alejandro en Medellín.
Por
medio de la Resolución 009 de 2006, la Honorable Asamblea de Antioquia90,
le confirió la Orden al Merito Cívico y empresarial Mariscal Jorge Robledo,
Grado Oro al Maestro Alejandro Bernal González, por sus valiosos aportes y
esfuerzos realizados en bien de la formación y divulgación musical y sus
aportes a la cultura en el Departamento, y determinó colocarlo como paradigma
digno de imitar.
De
igual forma en el mismo acto realizado en una hermosa ceremonia en el teatro
Juan de Dios Aranzazu, del Municipio de La ceja, el Honorable Concejo Municipal
de la Ceja del Tambo91, por medio de la Resolución 004 de 2006, lo
puso como ejemplo de probidad, de don de gentes, y de hombre de bien,
imponiéndole el Escudo del Municipio. Ésta
se puede decir que fue la última aparición pública del Maestro Alejandro, a
quien las enfermedades y la fatiga de su vida bohemia y musical92,
lo fueron menguando hasta llevarlo a la muerte en la ciudad de Medellín, el 07 de agosto de 201092.
Sobre las composiciones del Maestro Alejandro Bernal, el Maestro León
Cardona81 expresó: “Sus composiciones desarrollaron ideas
melódicas atrevidas, producto de las
inquietudes musicales de un compositor conocedor de las novedades
contemporáneas, quien aplicándolas no afectó sus obras con extravagancias
inaceptables, logrando composiciones de belleza auditiva, que superaron los
estándares melódicos y armónicos del momento.”
De su producción musical como
compositor, arreglista e intérprete existen 7 discos, 1 casete, y 7 compactos
con grabaciones realizadas en varias casas. Discos Fuentes: Órgano y ritmo 2, Órgano y ritmo 4; Coltejer 60 años; Oh qué delicia, Ay que delicia, Excitante, Tangos en la noche;
Grandes éxitos Alejandro Bernal G; La música es vida en la magia de Alejandro
Bernal González y sus teclados volúmenes 1 al 7
Escrito por Guillermo Alejandro Bernal Rodríguez,
publicado en La música
de nuestros ancestros, 2014, ISBN 978-958-58771-0-8
Yo era su alumno por allá entre el 2000-2003
ResponderEliminarQué pasó con su órgano y demás organetas yamaha en las que me enseño tanta música en el segundo piso de su casa en laureles?