miércoles, 2 de mayo de 2012


Hola Laura, deseo que estés bien.

Hoy es 22 de julio de 2011, hace ya casi una semana te graduaste de bachiller.

¿Te graduaste tal y como lo habías soñado?

Laura, alguna vez en mi vida de papá, me voy a sentar con mi hijo a la orilla de un rio y le voy a decir que, ese rio lleva mucho tiempo pasando por el mismo lugar pero, el agua que pasó, ya no volverá a pasar. Al igual que las oportunidades, al igual que la vida, se va, se va, y ya no regresa. Nunca. ¡Nunca más!

Uno tiene mucha gente que lo acompaña cuando es adolescente y adulto joven, le brinda consejos pero. Pero… a veces uno no los sabe oír, o peor aún: ¡no los quiere oír!

Qué lástima pero, después, en la vida, esos momentos ya sólo serán recuerdos. Instantes idos que uno no quiere que sus seres queridos vivan, y que no quiere que nadie que sea ejemplo para ellos los tenga que vivir.

¿Sabías que leí tu derecho de petición? Sí, lo leí, y lo primero que me impactó fue que en el segundo párrafo, al final tu escribiste: “hay muchos corazones heridos por ustedes mismos, por el trato que nos dan los profesores a los estudiantes”.

Laura, las relaciones interpersonales son acontecimientos que se viven entre varios, y uno cuando los relata, si ha sido parte de los hechos se tiene que inmiscuir en ellos.

Yo propondría que el párrafo quedara así: Hemos –nosotros- herido muchos corazones, por el trato que nos hemos brindado, olvidando nuestra esencia: somos profesores y alumnos, no enemigos dispuestos a destruirnos en un campo de batalla, nuestra razón de ser es el crecimiento mutuo, con entrega generosa, y amor por nosotros mismos y por lo que hacemos, porque sabemos por qué lo estamos haciendo.

Respeto es lo mínimo que le debo ofrecer yo a los demás, y es lo mínimo que debo recibir de ellos. Mi libertad termina donde empieza la de los demás. ¿Cuándo se perdió la consideración, la veneración y el acatamiento entre ustedes alumnos y profesores?

Laura, nunca más, ¡nunca más!, puedes llegar a ser cómplice de un hecho tan bochornoso y desagradable, y no denunciarlo. Nadie es ni más ni menos que sus semejantes, el derecho a la igualdad en Colombia es un derecho constitucional.

¿Por qué no denunciaste a tiempo un trato discriminativo, ofensivo y peyorativo que te hizo víctima?

Aunque podría escribir muchas más palabras sobre el pasado, sobre lo que fue tu paso por el colegio, sobre lo que hiciste, cómo lo hiciste. Sobre lo que faltó, y sobre lo que nunca pudo ser, he decidido darle un final lúgubre a esos recuerdos.

Ahora sé, con la fe infinita en ti, que la estudiante de primer semestre de derecho que ingresará en unos días a la universidad es otra. Activa, dinámica, animada, respetuosa de los límites, y competente.

Yo no te voy a promover para que salgas a apostar carreras con todas las personas que encuentres en el camino, y menos aún para que las ganes, como imperativo categórico para poder demostrarte que eres capaz.

Te invito a que de ahora en adelante tu vida sea un proceso planeado, a que en todas tus actividades haya planeación, organización, dirección y control, te propongo una administración ejemplar sobre tu saber, tu hacer y tu ser.

Desde este instante vas a copiar lo mejor de ese par de negociadores que conjuntamente contigo lograron un éxito que no era para nada fácil. Vas a necesitar la energía y la tenacidad que han caracterizado a tus papás, pero también vas a necesitar la capacidad negociadora, conciliadora que los acompaña a la hora de tratar con los demás.

Vas a ser una mujer competente en todos tus roles: hija, hermana, vecina, estudiante, deportista, ciudadana, líder, emprendedora, amiga, profesora, y para mencionar un punto final, mamá.

Uno se hace competente cada vez que planea algo, se propone objetivos y aunque sabe que lejanas, ve las metas, con indicadores exitosos, nada de tres raspado, nada de mediocridades, siempre por el cinco, pero  sabiendo que ese cinco como hija, ese cinco como hermana, ese cinco admirado como novia, amiga, estudiante, no es fingido, sale del corazón, porque sólo lo que hacemos con amor perdura.

El mañana tuyo ya se fue. Eres presente vivo. Así como ya estas preparada fisiológicamente para ser mamá, también estas preparada socialmente para ser excelente vecina, ciudadana, deportista, consejera. “Cada día trae su afán”, no hay que correr, pero hay que estar listo para afrontar con responsabilidad el reto adquirido.

Ya no hay tiempo de retroceder, ya eres producto terminado. ¿Saliste bien hecha de la fábrica educativa? Cualquiera sea la respuesta, ahora la responsabilidad es sólo tuya.

Cuando llegues al salón de clase sabrás cuantos talentos tiene tu cartera, pero no te preocupes, si buscas bien, encontraras que son más de los que en un principio pensaste que tenías.

Desde el primer día de universidad vas a estudiar, no estudies mucho, ¡estudia bien! Planea tus actividades y responsabilidades. Has todo bien. Verifica que estés cumpliendo con todas las tareas propuestas, no te olvides de las que tienes en casa, con tus principales aliados, escuderos y animadores, es decir con tu familia.

¿Te graduaste tal y como lo habías soñado?

La vida que te tocó, esa que es tan linda, porque quien es agradecido la tiene que ver así, te dio otra oportunidad.

¿Tendrás a los escuderos de aquel julio de 2011, listos y dispuestos para emprender otra batalla contigo?

¡Claro que sí!

Pero, ¿los vas a tener que llamar? Yo creo que no. Si planeas bien, haces lo debido, verificas a tiempo y en forma ordenada cada paso futuro, y te tomas el trabajo de ajustar los procedimientos y las actividades que se van presentando en el camino, tu paso por la universidad será espectacular.

La consideración, la veneración y el acatamiento, es decir el respeto son metas que te fijaste en ese escrito que podría titularse derecho de petición.

Desde el momento en que te convertiste en el presente se te acabaron las oportunidades de fallar. Tienes diez boletos –diez semestres-. Ni uno más.

Si te quieres divertir, empieza por conocer tus límites. La niña que fuiste se quedó en el colegio. Seres malos existen en tu mente, son creaciones que sólo deben esperar ser bautizadas con un nombre.

Los seres buenos también son creaciones, y también están esperando que tu mente les dé salida.

El día es sólo eso: un día. El adjetivo de bonito o feo se lo pone uno. Los profesores serán excelentes para los estudiantes que los visionen así, con seguridad que así serán. Los profesores serán nefastos, si ese es el criterio con el que lo estudiantes los quieren calificar.

Disciplina, palabra imposible para aquel/aquella que adolece (adolescente).

Los ciudadanos no adolecen. Las mamás no adolecen. Las hijas no adolecen. Las estudiantes de derecho no adolecen.

¡Ta, tan! ¡Bienvenida a la vida adulta! Donde la disciplina encabeza las cualidades exitosas.

¿Podría ser uno responsable siendo indisciplinado? El ser disciplinado acata, obedece y cumple. ¡Respeta al 100%!

Laura eres un ejemplo para las generaciones futuras. ¡Sé un buen ejemplo!

¡Ánimo!



Con cariño.



G. Alejandro Bernal R



Carta dirigida a Laura Contreras Sierra

      

       

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